Dentro de los factores psicodinámicos, el abuso es visto
como una secuencia de soluciones
pariales y un trato consigo mismo que lleva al ciclo compulsivo.
Cada droga provoca tonos afectivos específicos y produce
efectos con relación a configuraciones yoicas defectuosas
que se ven consolidadas por el abuso.
Desde el punto de vista
psicogenético si bien muchos de los problemas pseudo
enfrentados por el abuso provienen de etapas tempranas del
desarrollo
infantil, es en la adolescencia donde se empiezan a manifestar
abiertamente estas conductas. Entre las conductas de mayor riesgo
están: conductas extrovertidas, no conformidad con
los valores
establecidos, carencia de valores
espirituales y percepción negativa de la familia; falta de
relaciones afectuosas con los padres, falta de interés de
estos en la vida de los jóvenes, inconsistencia en la
disciplina,
falta de establecimiento de limites y de tiempo dedicado a la
familia; mayor presencia de psicopatologías,
presión de grupo y grado de consumo; trastornos familiares
apoyo de la familia, capacidad de tomar decisiones de compartir
el tiempo libre y expresar emociones, falta
de afiliación religiosa uso de drogas no limitados a
situaciones sociales; bajo rendimiento escolar, otras conductas
desviadas, búsqueda de emociones, uso temprano de bebidas
alcohólicas, baja estima personal, percepción clara
de mayor uso de drogas por los padres.
Los factores etiopatiogénicos pueden clasificarse
en:
Biológicos
Psicológicos y Ambientales.
A su vez, estos pueden integrarse en una perspectiva
ecosistemica, es decir:
a) Factores Biológicos: Entre estos pueden nombrarse lo de
transmisión hereditaria.
Las posibles explicaciones
fisiopatológicas, para la expresión de este mayor
riesgo genético, se encuentra la de que existen
vías metabólicas diferentes en los
alcohólicos: se ha visto que el metabolismo
del alcohol difiere entre poblaciones orientales y no orientales
( el así llamado "flush" oriental, que consiste en que
sujetos de razas orientales enrojecen y presentan sensaciones
faciales desagradables al consumir cantidades pequeñas de
alcohol. Otra explicación se basa en a presencia de
características temperamentales y de personalidad que
llevan al consumo, se distinguen dos tipos de consumo: uno
determinado por el sexo y otro
determinado por el medio. El primero, tiene alta penetrancia
genética y
menores componentes ambientales. Comienza generalmente antes de
los 25 años, con un patrón de consumo caracterizado
por ingesta elevada persistente conductas agresivas, antisociales
y delincuentes. El otro tipo es de comienzo más
tardío, tiene alto y bajo en la frecuencia de consumo y un
patrón de perdida de control progresiva en la medida que
transcurre el día, con mayores sentimientos de culpa
después de la crisis de ingesta. Los diferentes modelos
propuestos coinciden en que las personas proclives a desarrollar
adicción tienen una mayor tendencia a presentar
tolerancias o dependencia física y una reacción
alterada aguda al alcohol.
Un elemento neurobiológico, en el que pudiera basarse el
efecto de la mayoría de las sustancias
psicotrópicas, es su capacidad de liberar endorfinas. Esta
capacidad es obvia para el caso de los opioides. En el hecho, las
endorfinas fueron conceptualmente derivadas de la
búsqueda de receptores para la morfina o sus
congéneres. La capacidad de inducir estados
anímicos placenteros o de inhibir el dolor, común a
la mayoría de estas sustancias, pudiera entonces estar
mediada por la liberación de endorfinas.
b) Factores Psicológicos: Entre los mecanismos
psicológicos, algunas hipótesis otrora populares han caído
en descrédito gracias a algunos estudios. La idea de una
personalidad que predisponía a la droga o al alcoholismo,
como por ejemplo la así llamadas estructuras orales de los
primeros psicoanalistas o los caracteres pasivo-dependientes de
clasificaciones posteriores parecen no ser una antecedente, sino
una consecuencia del uso crónico de sustancias. Desde un
énfasis inicial en la presión del grupo de iguales,
el uso de drogas como escape o como búsqueda de euforia o
su vertiente autodestructivas se ha llegado a enfatizar
más el severo dolor psíquico que está
asociado al consumo de drogas, y a la comorbilidad de este uso
como sicopatología muchas veces severas. Así mismo,
parece que el tipo de droga usada no es diferente, y que
diferentes adictos, seleccionan diferentes drogas dependiendo de
su organización específica de
personalidad. La droga ha sido vista así como una
prótesis
"farmacológica" de defectos yoicos específicos. Los
adictos a la heroína parecen buscar los efectos calmantes
de opiáceos mientras que los que usan anfetaminas buscan
el efecto estimulante de estas, para provocar un aumento en su
autoestima,
muchas veces baja y también una mayor capacidad de
enfrentar su medioambiente. Se ha encontrado que los adictos a
los opiáceos buscan específicamente superar ciertas
defensas en contra afectos intolerables tales como la rabia,
vergüenza y soledad. El efecto antiagresivo de los
opiáceos les permite a los adictos contrarrestar el efecto
desorganizador de la rabia sobre el "yo". Los adictos a
opiáceos en particular, parecen tener especiales
dificultades en modular afectos agresivos o rabiosos, por lo cual
hay autores que postulan que estos sujetos se automedican para
controlar estos efectos. La cocaína, entre sus efectos
estimulantes, parece producir un mayor grado de autoestima, mayor
acertividad, tolerancia a la frustración y menores
sentimientos de aburrimiento y vacío. Esto lleva a que
muchos sujetos busquen la cocaína para mantener un estilo
de vida hiperactivo e inquieto, así como una exagerada
necesidad por autosuficiencia. La hipótesis de la
automedicación explica el rol de la droga en la
solución de problemas crónicos en la persona en
cuatro áreas de su funcionamiento: vida afectiva,
autoestima, relaciones y auto cuidado. Los déficit en esta
área llevan a explicar su vulnerabilidad al efecto de
drogas específicas. Las drogas o el alcohol ofrecen un
alivio farmacológico rápido frente a emociones
extremadamente intensas.
c) Factores ambientales: Entre los aspectos ambientales, la
socialización temprana influyen en la
tendencia a utilizar sustancias químicas. Otro hallazgo es
que existe mayor riesgo de alcoholismo entre los hijos de padres
biológicos no alcohólicos adoptados por padres
adoptivos alcohólicos. Existe también una
correlación entre presencia de fármaco dependencias
y un ambiente
familiar inestable en el sentido amplio: los hijos de separados o
de hogares donde consumen sustancias químicas con
frecuencias y el desarrollo de consumo mayor de sustancias
químicas en la adolescencia.
Entre los factores socioculturales, existen culturas en que el
modo de consumo promueve el alcoholismo, típicamente entre
aquellas en las que se consume de forma episódica y en
grandes cantidades.
Existen también profesiones de alto riesgo; aquellas en
que está en mayor contacto con sustancias químicas,
sea por razones de expendio, trafico o distribución.
Así como aquellas que tienen situaciones sociales en las
que le ofrecen alcohol frecuentemente o en aquellas en las que
hay poca estructura en los horarios diarios, es decir,
escritores, artistas o personas que recorren distancias o lugares
con horarios más o menos libres.